Exfuncionaria de Trump admitió plan para sacar a Nicolás Maduro

La administración del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, desplegó en 2019 sanciones agresivas para derrocar al presidente de República, Nicolás Maduro, al trabajar en un calendario según en el cual el jefe de Estado se iría en «cuestión de semanas o meses».

Así lo afirmó la exsubsecretaria de Estado de EEUU para Venezuela y Cuba, Carrie Filipetti, en una entrevista exclusiva para la BBC, en la que reconoció que fallaron con el objetivo pese a aplicar las sanciones.

«Algo que creo que podríamos haber hecho de manera diferente y que salió mal fue que desde el principio había esta sensación de que esto no tomaría mucho tiempo, y como estábamos operando con un calendario según el cual Maduro se iría en cuestión de semanas o meses, eso significaba que podíamos desplegar las sanciones más agresivas al inicio», dijo en la entrevista difundida el martes.

Fue por ello que «se decidió pasar las sanciones al sector petrolero a principios de enero de 2019», que agudizó las dificultades para producir crudo y combustible en las refinerías por las prohibiciones para negociar contratos y suministros.

«Y parte del problema allí fue que para el régimen de Maduro fue difícil manejar esas sanciones, pero una vez que lo hicieron, cualquier otra cosa que les lanzamos fue muy menor porque ya habían recibido el mayor golpe que iban a recibir», añadió.

A su juicio, lo problemático no fue el hecho «de que hayamos aplicado las sanciones, algo con lo que estoy de acuerdo, sino quizás el orden en el que lo hicimos».

Subestimaron el círculo de lealtad

Al ser cuestionada sobre el poder de las sanciones y la capacidad de la oposición venezolana para derrocar al Presidente venezolano, Carrie Filipetti admitió que lo que subestimaron fue «el grado de lealtad del círculo interno de Maduro».

«Teníamos la sensación de que querrían hacer lo correcto, de que como militares venezolanos se veían a sí mismos como guardianes de la Constitución venezolana y que los llamados a su moral, combinados con las sanciones, les ayudarían a volverse contra Maduro y pedirle que se fuera. Y eso no ocurrió, así que quizás tuvimos excesiva confianza en que los jefes militares de Venezuela iban a hacer algo para sacar a Maduro», añadió.

Según Filipetti, la razón por la que el Gobierno venezolano quería negociar era para «librarse de las sanciones estadounidenses», por lo que era necesario «tener un papel más fuerte en ese proceso de lo que tuvimos originalmente».

«Así que esas fueron dos de las principales razones por las que fracasó», dijo.

Agregó que las sanciones estaban para «intentar animar a Maduro a sentarse a la mesa a negociar de buena fe».

«Así que creo que después del final del gobierno de Trump tiene sentido para cualquier nuevo gobierno volver a calibrar y ver lo que está funcionando y lo que no», subrayó.

Indicó que la administración del presidente Joe Biden tiene que aclarar lo que trata de lograr con el acercamiento al Gobierno de Nicolás Maduro y sobre su política hacia Venezuela en su conjunto.

«Desde afuera, lo que parecía era que había una situación en Ucrania que nos preocupaba por el acceso al petróleo y, por tanto, decidimos cambiar de la dictadura rusa a la venezolana», consideró.

BBC

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