El expresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, afirmó que nuestro país siempre fue la hija predilecta de El Libertador Simón Bolívar, y hoy los revolucionarios bolivianos consideran que Venezuela y Cuba, son fuentes de inspiración para todos los pueblos de Latinoamérica y el Caribe por lo que el mejor homenaje a los Comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro es la unidad de los pueblos.
Por eso, dijo, que al ser presidente no dudó en integrar a su nación al “Eje de la Humanidad” que conformaron Chávez y Fidel para apoyar a los pueblos. Recordó que la derecha mundial pretendió llamarlo “eje del mal”, pero gracias a esta iniciativa de integración cubana-venezolana, más de 700 mil bolivianos recuperaron su visión con la Misión Milagro. “Eso es humanismo, es socialismo”, apuntó.
Desde el Teatro Bolívar de Caracas, el líder indígena aymara ofreció a los asistentes una Clase Magistral durante la sesión del Congreso de la Nueva Época, con acompañamiento del ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas y otros funcionarios gubernamentales,
“Hay que hacer política por la Patria y no por la plata”, dijo en referencia a su experiencia, la cual, definió como antiimperialista y anticolonialista, y acotó que ser revolucionario lleva necesariamente a luchar contra el imperialismo hegemón que todo lo quiere destruir.
Comentó que la Doctrina Monroe, que hace gala nuevamente el gobierno de Estados Unidos (EE. UU)., es una práctica asesina histórica, que diseñó el Plan Cóndor para hacer desaparecer a los líderes progresistas del continente. Mostró material hemerográfico de casos, así como recientes declaraciones de autoridades del Comando Sur, nuevo nombre para la vieja Escuela de las Américas, donde se entrenaban a militares suramericanos para la represión y la muerte.
Dijo que la comunidad indígena en Bolivia, por herencia e historia, “somos anticolonialistas y antiimperialista”, pero lamentablemente, la derecha usa la doctrina imperial en una batalla permanente con golpes en la nación del altiplano y en el resto de los países de la región.
En otros de sus pasajes, alabó la resistencia de El Libertador Simón Bolívar y demás próceres como Antonio José de Sucre, que llegaron hasta Bolivia a caballo durante la lucha independentista americana, tras 300 años de invasión imperial europea.