26 Nov
La tarde del 13 de noviembre de 2024 marcó un antes y un después para Ramiro Jorge Cucho. Conducía por los caminos de su tierra en Uncía, norte de Potosí, cuando fue interceptado de forma violenta por una patrulla y varios civiles armados, sin identificaciones.
“¡Bájate del auto, carajo! Son órdenes del Ministerio de Gobierno.” gritó una voz autoritaria mientras recibía gas pimienta y era reducido sin explicación ni dignidad.
“¡Hagan desaparecer ese auto!” fue la orden mientras comenzaba lo que él define como su “secuestro político”, vinculado al narcoministro Eduardo del Castillo y el clan Arce Catacora.
A las 11:15 de la noche de ese día se produjo el allanamiento ilegal de su domicilio. Entre los destrozos y la violencia, resonó la frase:
“Asegúrate que salga en las fotos.”
Se manipularon pruebas para armar una causa falsa, robando sus pertenencias y ahorros familiares, con la complicidad de fiscales y policías al servicio de intereses políticos y no de la justicia.
Hablar de derechos humanos en aquel tiempo era una blasfemia. El debido proceso fue pisoteado; la presunción de inocencia, burlada; la dignidad indígena, ultrajada; la igualdad ante la ley, desaparecida. Ni el Convenio 169 de la OIT, ni la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas fueron respetados. “Me juzgaron no por mis actos, sino por mi sangre, por mi raíz e identidad cultural de la nación de Charca Qhara Qhara, por no arrodillarme ante el más corrupto de los gobernantes de Bolivia”.
A pesar de todo, Ramiro Cucho sostiene que no se rinde: “Nos persiguieron porque no pudieron comprarnos. Nos golpearon porque no pudieron quebrarnos. Nos condenaron porque temieron nuestra verdad.”
Me castigaron por tener memoria! Me persiguieron por decir la verdad! Me odiaron por no vender mi conciencia!. Hoy, desde la clandestinidad, miro el horizonte con esperanza, la lucha de los pueblos originarios se consolida para resistir y hacer respetar nuestros derechos de las Naciones y Pueblos Indígenas Originarios del Estado Plurinacional de Bolivia.
¡Cunanma Kunanqa — ahora es cuando!
¡Volveremos y seremos millones!
Testimonio de Ramiro Jorge Cucho – Jiliri Apu Mallku del CONAMAQ Bolivia