La paralización abrupta de la planta de urea en Bulo Bulo, Cochabamba, durante el régimen de facto de Jeanine Añez, ocasionó $us 450 millones de pérdida al Estado.
En el gobierno de Evo Morales Ayma se habían logrado importantes contratos de importación y se perdieron, porque de un día para el otro se dejó de abastecer esos mercados.
“Una de las primeras tareas era volver a poner en operación la planta de urea y fue ahí que nos enteramos de los daños que habían provocado. Tardamos entre siete y ocho meses en arrancar la planta, hubo que cambiar un montón de sistemas, el costo de las partes que cambiamos asciende a 54 millones de dólares, pero el daño ocasionado entre pérdidas de mercado, por sueldos que se tenían que pagar por sueldos improductivos y otros, ascienden a los 450 millones de dólares, es decir la mitad del costo de la planta fueron los daños y perjuicios que provocó la dictadura de Jeanine Añez y sus aliados al haber parado la planta de manera abrupta”, explicó Luis Fernando Vincenti, vocero de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
Agregó que estos “aventureros incompetentes” que tomaron por asalto el poder del país incluso llegaron a decir que eso no era una fábrica de urea, sino que era una fábrica de cocaína, “hasta ahí llega la ignorancia de esa gente, que refleja nomás el nivel intelectual de esa oposición”, sostuvo.
Para ellos todo lo que se ha hecho en el trópico de Cochabamba era enemigo, había que destruirlo, porque sabían que allí radica el corazón de este proceso, entonces al dañar la planta, pretendían hundir el trópico de Cochabamba.
“Lo que pasó fue que por su incompetencia profesional apagaron la planta como quien desenchufa una plancha, y una planta de ese nivel de complejidad tecnológica requiere un paro programado secuencial”, informó.
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