Jefe de Seguridad de Embajada argentina es el testigo que vio todo en el golpe de 2019

Jorge Bernardo Salinas Berríos lleva más de 20 años trabajando en la Embajada argentina en Bolivia. Para el momento del golpe de Estado contra Evo Morales, él oficiaba de jefe de seguridad de la representación diplomática.

Como tal, fue un testigo privilegiado de la llegada del Hércules argentino con un contingente de gendarmes –enviado supuestamente para proteger al Embajador y las dependencias a su cargo– y presenció el momento en que la Policía y la Fuerza Aérea Boliviana se repartieron las balas de goma que envió el gobierno de Mauricio Macri.

Salinas Berríos declaró la semana pasada ante el Ministerio Público de Bolivia, en la causa en la que se investiga el capítulo local del envío de armas. Su declaración, aunque escueta, devela cómo fue el momento en que las fuerzas golpistas se distribuyeron en el mismo aeropuerto las municiones que había enviado la administración Cambiemos.

Funcionarios y familiares de diplomáticos argentinos se reunieron en la madrugada del 13 de noviembre de 2019 en el ex Hotel Radisson de La Paz. Esperaban que la Policía Boliviana los escoltara hasta el aeropuerto de El Alto. Era necesario, relató Salinas Berríos, contar con seguridad porque la situación estaba complicada en Bolivia. Él mismo había estado coordinando con el agregado de la Gendarmería en La Paz cómo sería ese traslado.

Cuando llegó la Policía, les dijeron que no iban a ir en caravana con los vehículos de la Embajada, sino que debían subir a un bus y los escoltarían con otras camionetas de la fuerza de seguridad. Según su declaración, el trayecto no duró más de media hora. A las 05.35 de la madrugada, cuando todavía era de noche, ya estaban en el aeropuerto.

En la imagen, un efectivo de la Policía Boliviana dispara un gas lacrimógeno en el golpe de Estado de 2019. (Foto: Archivo)

DESCARGO Y DISTRIBUCIÓN

El Hércules argentino estaba estacionado sobre la pista de la fuerza de tarea Diablos Negros cuando llegó la comitiva argentina. Salinas Berríos fue a saludar a los gendarmes con Adolfo Caliba, el agregado de la Gendarmería en La Paz, señalado como quien coordinó la entrega de los armamentos. “Fue en ese momento que vi que estaban bajando unas cajas con un montacargas. Las mismas fueron llevadas a la entrada de una plataforma donde se procedió a cargar el montacargas a una camioneta de la Policía”, relató el empleado de la Embajada argentina en la sede de la Fiscalía.

“Me llamó la atención que varias personas –cuatro o seis– alzaban las cajas que aparentemente no eran grandes. Curiosamente pregunté qué es lo que hay adentro para que pesen tanto y me dijeron los policías que estaban cargando, porque los gases y las municiones eran pesados”, añadió Salinas Berríos. “Después dejaron de cargar y el resto de las cajas, el montacargas las metió en el hangar de la Fuerza Aérea Boliviana donde guardaban el avión Hércules”, completó.

Su testimonio se condice con las declaraciones que hicieron efectivos de la Fuerza Aérea o de la Policía. Todo indicaría que la Policía se llevó 26.900 balas 12/70 desde el aeropuerto y lo ingresó a un almacén ese mismo día, mientras que la Fuerza Aérea se quedó con 40.000 cartuchos de ese tipo. Inicialmente, un empleado de la Embajada que había declarado sin identificarse –posiblemente sea el mismo Salinas Berríos– dijo que ese reparto motivó una acalorada discusión en el mismo aeropuerto entre Caliba y el agregado de la Armada argentina. Pero en la declaración, no hay mención de esa momento.

Horas después de la llegada del primer contingente de gendarmes, el entonces comandante de la FAB, Jorge Gonzalo Terceros Lara, envió una carta al embajador argentino Normando Álvarez García para agradecer la entrega del material represivo. Ese día, el entonces jefe de la Gendarmería argentina, Gerardo Otero, mandó un sobre cerrado a través de la Embajada de Bolivia en Buenos Aires al jefe de la Policía local. Una posibilidad es que Otero le detallara qué municiones había enviado la fuerza que comandaba.

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