La huelga de hambre que mantenía la exmandataria de facto Jeanine Añez por 15 días en el penal de Miraflores no fue otra cosa que una estrategia de victimización ante la llegada del relator especial Diego García-Sayán y un show político que tuvo como pretensión buscar la impunidad por todos los delitos por los que se la acusa.
La denuncia fue lanzada por los parlamentarios del Movimiento Al Socialismo (MAS), quienes cuestionan esa actitud y la calificaron como un juego mentiroso que montó la familia de Añez y que fue apoyado una vez más por sus allegados más cercanos, que buscaron por todos los medios hacer creer a García-Sayán que en el país existe persecución política.
“Con huelga o sin huelga Jeanine Añez debe responder ante la justicia por los delitos que cometió en las masacres de Senkata y Sacaba, los hechos de corrupción en plena pandemia del Covid-19, la violación a las normas constitucionales para asumir el gobierno ilegalmente, todos estos delitos deben ser sancionados por la justicia”, afirmó el diputado Juanito Angulo.
El asambleísta Sandro Ramírez indicó que su show político de victimización tenía como objetivo que el Relator Especial abogue por ella para que le permitan salir del penal y refugiarse inmediatamente en una embajada para luego escapar del país sin pagar por todos los hechos luctuosos que cometió antes y durante el golpe de Estado.
Ahora el PUEBLO
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