Por: Miguel Molina Estrada.
A principios de mayo, el diputado Héctor Arce había denunciado un supuesto complot contra la postulación del bloque popular para las próximas elecciones generales.
Luis Arce y Sonia del Castillo prepararon la estrategia, luego mediante sus 4 secuaces en el TSE y sus aliados políticos, Doria Medina y Camacho, estructuraron las acciones para proscribir al bloque popular. La vocal Yajaira San Martín fue quien seguramente redactó los procesos contra las siglas políticas FPV, PAN-BOL y ahora MTS, y finalmente fue el camachista Peter Beckhauser quién se encargó de presentar las denuncias correspondientes en calidad de «ciudadano activista».
Da la casualidad que Beckhauser, ciudadano cruceño-brasilero, es pareja de la vocal Yajaira San Martín del TSE, amigo de Sonia del Castillo (según rrss) y fue premiado por Doria Medina para ser candidato a diputado plurinominal por la alianza Unidos. Con el hecho destapado, finalmente Samuel decidió traicionar a Beckhauser para no manchar su candidatura.
La estrategia también consistió en dejar el camino llano para que el MAS pueda hacerse del voto de todo el bloque popular, cómo única opción de izquierda en el país, dejando de lado al principal rival y enemigo de todos: Evo Morales. ¿Cómo transan Arce, Camacho y Samuel? Seguramente ya acordaron no hacerse daño en caso de que cualquier frente se haga del gobierno, además de otros beneficios.
Hoy se puede concluir que desde el gobierno de Luis Arce, con la complicidad de Sonia Del Castillo, 4 vocales del TSE y la derecha camachista, armaron toda una estrategia para excluir, cancelar y proscribir a todo el movimiento popular indígena originario campesino. Como en 2019 se animaron a realizar un Golpe de Estado contra el gobierno, ahora se consuma un «golpe contra la democracia» en el país.