Uno de los episodios que ha marcado la administración de Andrés Manuel López Obrador fue el rescate de Evo Morales en 2019, luego de que renunciara a la presidencia de Bolivia de manera Forzada, y siguiendo la tradición diplomática de asilo, señaló en su momento Marcelo Ebrard, el gobierno mexicano envió a un grupo de militares y funcionarios para traer al expresidente sano y salvo.
A días de que se cumplan tres años de aquel suceso, la periodista Laura Sánchez Ley revela, a través de su proyecto Archivero, fotos inéditas de aquella travesía internacional que tuvo un buen final, no sin pasar por momentos de incertidumbre, tanto para Evo Morales como para la tripulación mexicana que llevó a cabo dicha misión.
El 13 de noviembre del 2019 el exmandatario de Bolivia se refugió en suelo mexicano tras subir a un avión de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA. En esa fecha arribó el líder boliviano al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Cabe señalar que el mandatario López Obrador, en su libro “A la mitad del camino”, describió el viaje como toda una odisea para los militares mexicanos. La delegación de Bolivia, integrada por el vicepresidente Álvaro García Linera y su ministra de salud, Gabriela Montaño, obtuvo asilo político por razones humanitarias. Incluso, el propio Morales declaró en sus redes sociales que México “le salvó la vida”.
De acuerdo con los documentos presentados por el Archivero, la Sedena reconoció que los más difícil de la operación Chimoré fue construir una ruta ideal para no violar el espacio áereo de algún país y viajar lo más rápido posible para sacar con vida al exmandatario. “Durante el ascenso inicial, contrastando con la obscuridad a los ocupantes de la aeronave, les fue posible observar el paisaje que ofrece el Valle de México”, escribió el teniente Felipe Jarquin.
Se informó que aquella noche todos los tripulantes del FAM3916 “tenían mucho en qué pensar” y estaban convencidos de que en el resultado de la misión iba en juego el “prestigio de México”. Por otro lado, en un fragmento de los archivos, los uniformados describieron que, al arribar a los límites de Bolivia y Perú, el Centro de Tráfico boliviano le comunicó a la delegación mexicana que su ingreso estaba denegado, por lo que buscaron un espacio de espera entre la frontera de ambas naciones.
Luego de una hora de espera y en razón a la respuesta negativa a las solicitudes de sobrevolar el territorio boliviano, además de la posibilidad de ser interceptados por una nave de Bolivia, se tomó la decisión de regresar a Lima. “La situación más tensa se vivió al llegar al aeropuerto de Chimoré en Cochabamba donde luego de recoger a Evo Morales los militares bolivianos no permitieron el despegue de la aeronave”.
Con un lanzacohetes fue atacado el avión mexicano en el que Evo Morales fue rescatado en el momento de su despegue, reveló el nuevo libro del presidente López Obrador. En la publicación A la mitad del camino, Andrés Manuel López presenta partes de un documento de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) donde describe la tensión y el peligro que vivieron por parte de la milicia boliviana cuando intentaron sacar de aquel país sudamericano al entonces presidente Evo Morales.
“Durante el ascenso inicial, el piloto alcanzó a observar desde el lado izquierdo de la cabina de mando, y cuando casi alcanzaba los mil 500 pies sobre el terreno, una estela luminosa similar a la característica de un cohete en la posición de las siete (atrás, a la izquierda de la trayectoria del avión) por debajo del horizonte”.
Previo al despegue del avión de la Fuerza Aérea Mexicana, el piloto mexicano Miguel Eduardo Hernández Velázquez se enfrentó a uno de los soldados bolivianos. Alrededor de la aeronave había uniformados armados y vehículos artillados. El piloto mexicano contó que tras tener a Morales dentro del avión, salió a comunicarse con el Secretario de la Sedena, Luis Crescencio Sandoval para contarle la situación, pero no tuvo éxito.
Uno los funcionarios de Bolivia pidió al piloto que levantara las manos y sacara a Morales del avión, en ese momento, otro militar se acercó al mexicano y lo golpeó en la espalda con la culata de un arma.
El piloto Miguel Hernández viró hacia su atacante para enfrentarlo, pero recibió otro golpe en el abdomen con la misma arma y quedó a merced del boliviano que apuntaba su arma contra el pecho del mexicano mientras las agresiones continuaban hasta que cesaron cuando el piloto le dijo: “joven soldado, los valientes no asesinan”.
Tras impedir que más soldados y civiles armados ingresaran al avión, el piloto mexicano abordó la aeronave hasta que un general boliviano autorizó el despegue con la condición de que en 30 minutos se abandonara el espacio aéreo o no respondía por la seguridad de los ocupantes.
Lo ocurrido no fue comunicado a la tripulación para evitar que creciera la tensión de la misión diplomática que buscaba dar asilo a Evo Morales en México.
Compartido vía El Heraldo de México