“Ha quedado claro que el pueblo boliviano no quiere más golpes de Estado”, dijo el presidente Luis Arce este jueves ante lo que describió como la más grande concentración ciudadana en la historia del país.
“Sobre nuestro cadáver un nuevo golpe de Estado”, aseguró el mandatario en plaza San Francisco de La Paz en clara alusión a la interrupción democrática de noviembre de 2019 que impuso la senadora Jeanine Áñez con apoyo de la ultraderecha y que se saldó con 38 fallecidos, cientos de heridos y decenas de encarcelados y perseguidos políticos.
Mientras el jefe de Estado discursaba, el último contingente de la movilización ciudadana que marchó en defensa de la democracia y la economía del país se hallaba en el cementerio general, una zona popular, a unos cinco kilómetros de distancia.
Arce afirmó que el país quiere fuentes de empleo, progresar, industrializar los recursos naturales y reactivar la economía nacional, alabada por organismos internacionales por su estabilidad y solidez.
“El pueblo boliviano ha aprendido desde el golpe de 2019 que a la derecha le interesa llenar sus bolsillos y vaciar los del pueblo”, recordó.
En un año, el gobierno de Áñez desmanteló las empresas públicas y dejó un Estado en quiebra. En plena emergencia sanitaria por la pandemia se descubrió que su gobierno compró con sobreprecio en España respiradores para pacientes con coronavirus que hubieran podido salvar la vida.
El mandatario advirtió que la oposición no tiene programa y que cuando no le sirve la democracia pretende el golpe de Estado.
Ese sector político, precisó, quiere controlar el litio, con gran demanda mundial, y del que Bolivia posee las más importantes reservas.
“Quieren, otra vez, vender a gallina muerta nuestros recursos naturales”, denunció.
En la década de los noventa, los gobiernos ultraliberales entregaron los recursos naturales a empresas extranjeras, lo que provocó mayor pobreza y sin apenas beneficios para el Estado y el país.
En contrapartida a ese período, después del gobierno de facto, y superada la pandemia con la aplicación de complejas políticas sanitarias, Arce anunció que su administración avanzó en la industrialización del litio y el hierro.
“Ese proceso está a la vuelta de la esquina”, reafirmó, “junto a la soberanía alimentaria con fertilizantes e ingeniera nuestra”.
“Y tenemos la capacidad para hacerlo”, aseguró.
Luis Arce, un antiguo militante de izquierda y de gran prestigio como economista, recordó que su administración emergió del pueblo y que no traicionará, precisamente, los intereses del pueblo boliviano.
“Somos un gobierno del pueblo y para el pueblo”.
ABI
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