Subsidio Juana Azurduy llega a mujeres Tsimané, Mojeño Trinitario y Yuracaré del Tipnis

Brigadas estatales ingresaron desde el viernes a pequeños asentamientos, calurosos y húmedos, cubiertos de árboles y espesa vegetación, con los subsidios que entregarán a las mujeres de las comunidades Tsimané, Mojeño Trinitario y Yuracaré del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).

Zulma Rodríguez, responsable del Programa Juana Azurduy, informó a la emisora Patria Nueva que son ocho brigadas las que se desplazaron al territorio amazónico para entregar el bono Juana Azurduy.

“Las mujeres recibirán el pago del bono previo control médico, que se hace necesario para garantizar la salud de las madres como también de los bebés”, precisó la funcionaria.

En apoyo al pago del Juana Azurduy, detalló, ingresaron funcionarios del Ministerio de Salud, Médicos Safci, Telesalud y Banco Unión.

El subsidio fue creado para las mujeres gestantes y madres con niños de hasta dos años. El monto total que reciben en diferentes momentos es de 1.820 bolivianos, luego de someterse a controles médicos.

Rodríguez  recordó que al menos 20 instituciones del Estado  –en educación, salud, servicios básicos, telecomunicaciones, vivienda– ingresaron a territorio indígena en el marco de políticas de ayuda estatal.

En el Tpnis la población indígena  desarrolla sus actividades de caza y pesca y trabaja pequeños chacos de arroz y yuca entre árboles y selva agreste, no tiene servicios básicos ni energía eléctrica, y su principal vía de comunicación es fluvial.

Como antaño –con la ayuda de la madre, la abuela o alguna vecina experta en técnicas rudimentarias del parto– las mujeres dan a luz en sus hogares.

La reserva, en su doble condición de Territorio Indígena y Parque Nacional, tiene 12.363 kilómetros que comparten los pueblos Tsimané, Mojeño Trinitario y Yuracaré que están dispersos en el sur del departamento del Beni y el norte de Cochabamba.

El trueque forma parte de la vida cotidiana, viven de la caza, la pesca, la recolección de frutos y aún hoy entierran la placenta del recién nacido al pie de un árbol.

En un mundo como ese, 1.820 bolivianos del Juana Azurduy, es una gran fortuna.

ABI

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